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Ahora todo se mueve, por tanto las creencias religiosas (mitológicas) y laicas (ideologías), que son formas fijadas de interpretación, no se podrán mantener, porque resultan contraproducentes para la marcha de la sociedad. Consecuentemente será el fin de la religión.”  http://assr.revues.org/21551

Corbí seguramente lo sabe, las cosas nacen, viven crecen y mueren pero también cambian, evolucionan y se transforman, lo mismo sucederá con los  sistemas de creencia religiosos como el cristianismo,  hinduismo,  judaísmo, budismo, islamismo y cualquier otro credo que contenga dogmas y ritos que se han transmitido de generación en generación.

Cuando estos sistemas de creencia se crearon existía muy poco conocimiento, la mayoría de la gente era ignorante, creyente y supersticiosa, las personas eran sumisas y fácilmente manejables, los que no  eran sus seguidores, serían  infieles, paganos, ateos y que por supuesto no se salvarían después de la muerte.  

Comúnmente se dice que una persona es espiritual porque va al templo, sigue ritos, se da con las manos en el pecho, o se retira a una cueva como un anacoreta, confunden  así la religiosidad con la espiritualidad de un individuo.  De la misma forma se dice que son altamente espirituales  las  personas que dirigen los grandes sistemas de creencias, llámese a estos Papas, Ayatolás o los Dalái Lamas, sin embargo eso no es necesariamente cierto.

Para comprender el significado de las palabras del título de este escrito, así como otras que están íntimamente relacionadas a estas, lo mejor es buscarlas en el diccionario, el DRAE nos dice sobre Espiritualidad lo siguiente: Naturaleza y condición de espiritual, una cualidad de las cosas espiritualizadas o reducidas a la condición de eclesiásticas, obra o cosa espiritual y conjunto de ideas referentes a la vida espiritual, en cuanto a la palabra, Laica; el diccionario la define así: Que no tiene órdenes clericales. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa.

El mismo diccionario nos define la palabra Espiritual como: Perteneciente o relativo al espíritu. Dicho de una persona: Muy sensible y poco interesada por lo material. Del vocablo  Espíritu: Ser inmaterial y dotado de razón,  Alma racional, Don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar a algunas criaturas. Principio generador, carácter íntimo, esencia o sustancia de algo. Vigor natural y virtud que alienta y fortifica el cuerpo para obrar. Ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo. Vivacidad, ingenio.

La lógica nos dice que todas las personas tienen espíritu sean estas religiosas o no,  entonces una persona  laica sería tan espiritual como cualquier otra siempre y cuando sea   -como nos dice el diccionario-   sensible,  poco interesada en lo material y que vive la vida sin seguir dogmas o creencias impuestas por otras personas, por tanto una persona puede ser muy espiritual sin tener que  pertenecer a ningún sistema religioso o seguir una religión en particular.

Por todo esto, siempre hemos pensado que probablemente los físicos, los astrónomos, los microbiólogos,  aquellas personas que se dedican a estudiar la nanotecnología así como la ciencia espacial,  tienen que ser muy sensibles  a este tipo de cuestionamientos, cuentan con parámetros e información que pocas personas tienen,  conocen más que la mayoría la grandiosidad del cosmos así como lo complicado y enorme que es el mundo microscópico.  Estamos seguro que por sus profesiones individualmente deben de cuestionarse constantemente la grandeza que nos rodea en lo macro y en lo micro y que las explicaciones simplistas que dan algunos sistemas de creencia para entender que es la vida y lo que nos rodea no son suficientes para ellos y que ese espíritu emprendedor de investigación para comprender todo lo que estudian los hace individuos verdaderamente espirituales.

El físico más famosos de todos los tiempos, Albert Einstein no aceptaba las interpretaciones de los sistemas de creencias, en uno de los fragmentos de una carta escrita por él y dirigida al filósofo Erik Gutkina, escribió: “La palabra  Dios para mí no es más que la expresión y el producto de la debilidad humana, la biblia es una colección de honorables pero primitivas leyendas, las cuales son bastante infantiles. Ninguna interpretación no importa cuán sutil sea (para mi) podrá cambiar esto. Para mí la religión Judía como todas las otras religiones es la personificación de la mayor superstición infantil. Y la gente Judía, grupo en al que pertenezco.”  Sin embargo, a este gran científico se le reconoce también por haber  pronunciado una frase que se hizo muy famosa, dice así: “El azar no existe; Dios no juega a los dados.” Esto nos confirma que aunque no era creyente de ningún sistema de creencia, si tenía un concepto laico de estas cosas.

De la misma forma muchos de los que hemos estudiado los fenómenos paranormales y todo lo referente al fenómeno OVNI de manera seria,   nos hemos visto obligados a cuestionar entre otras cosas las religiones, la ciencia, y la historia, lo hemos hecho porque precisamente estos fenómenos nos exigen revisar todos los planteamientos que intentan explicar  ¿Por qué existimos, quienes somos, y para dónde vamos? Después de décadas de investigación, nos convertimos en en escépticos de explicaciones simplonas y dogmáticas, dejamos de ser creyentes de sistemas de creencia con ideas infantiles “de primera comunión” y nos convertimos sin querer en personas espiritualmente laicas.