Experience true power and ease in website design. Our website templates and WordPress themes offer flexibility and functionality unlike any other.
(Tiempo estimado: 9 - 18 minutos)
Ya ha leído 0%

Topico obligado para cualquier aficionado (aunque sea de palabra) al fenómeno OVNI u extraterrestre, dedicaremos unas lineas a examinar las peculiares apariciones de esta criatura que sin duda alguna sigue sembrando el miedo en las comunidades rurales, principalmente en Latinoamérica.
Sus orígenes y descripciones físicas son diversos y se contradicen unos con otros de acuerdo al lugar donde se presume se ha avistado esta entidad. La descripción popular de esa entidad es que sería una criatura pequeña (de 1 m de altura o menor tamaño), que presentaría piel verdusca y escamosa, ojos grandes y saltones, y cabeza ovalada. Esta vaga descripción coincide con otro ser de la mitología contemporánea, los pequeños seres alienígenas grises. También se le atribuye un rostro canino de grandes ojos y colmillos y tobillos largos como los de un canguro. Además, presentaría una estructura corporal humanoide un tanto encorvada con una hilera de espinas dorsales y a veces se le otorgan un par de alas similares al murciélago que sobresalen en su lomo. Poseería afilados colmillos y se dice que también tendría una especie de filamento bucal que succiona la sangre de sus víctimas (y en ocasiones sus órganos). Además poseería garras como extremidades.
Las descripciones de esta criatura varían, y nadie ha producido evidencia indisputable de su existencia, aunque hay gran variedad de anomalías animales halladas en las dos Américas.

Antecedentes Historicos

Charles Fort, en su, hoy incontrable libro, “¡Lo!”, nos cuenta una historia sobre un chupador de sangres, cuya referencia encontró en los archivos del Museo Británico de Londres.
Según estos archivos, en enero de 1874, en la localidad de Cavan, Irlanda, “algo” mató hasta treinta ovejas en una noche, practicando incisiones en sus gargantas y chupándoles la sangre. Sin embargo, no probaba nada de carne.
El monstruo dejaba unas huellas alargadas, del tipo perruno, aunque mayores en tamaño y fuerza. El “animal” se ensañó también con otros condados hasta que un grupo de hombres decidió salir a cazarlo armados con todo tipo de herramientas. Cualquier perro errabundo que encontraban a su paso era directamente abatido.
En abril de 1874, la bestia merodeó por los alrededores de Limmerick, a unas cien millas de Cavan, atacando y mordiendo incluso a personas. Según el Weekly News, de Cavan del 17 de abril de aquel año, varias de las personas atacadas fueron encerradas en un asilo para dementes porque “actuaban bajo extraños síntomas de demencia”.
En 1934 un canguro bebedor de sangre causó pánico en la zona austral de Tennessee.
Sus ataques fueron espeluznantemente semejantes a los del chupacabras, marcados por la muerte de ganado, mutilaciones en animales y otras víctimas de sus temidos ataques nocturnos. Otra de sus particularidades era su velocidad para desvanecerse.
En los años 50, en Tucson, Arizona, corría de boca en boca la existencia de una bestia que atacaba a los rebaños en forma de canguro y rata, pero en los años sesenta desapareció.
Durante los años sesenta y setenta aparecieron referencias a este tipo de seres en los tabloides norteamericanos, incluso se fotografió en Nebraska.
Estos hechos no son aislados sino que están imbricados en el folklore norteamericano.
No pocas veces se ha tratado de correlacionar las apariciones de ovnis con la muerte o desaparición misteriosa de animales en determinadas zonas.
A partir de 1974 comenzaron a publicarse noticias sobre casos de animales muertos misteriosamente en diversos puntos de chupEstados Unidos como Kansas, Nebraska, Iowa, Dakota del Sur, Colorado, Oklahoma, Minnesota.
A muchas de las víctimas les faltaba algún órgano (oreja, lengua, nariz, rabo u órgano reproductivo) mutilado con aparente precisión. Además los animales muertos aparecían "completamente sin sangre, como si su cuerpo hubiese sido secado con una aguja".
En Puerto Rico, de febrero a julio de 1975, ocurrieron numerosas muertes de animales en circunstancias casi idénticas coincidiendo en la misma zona geográfica con docenas de casos ovnis y con otros fenómenos supuestamente afines.
Justamente veinte años después de los sucesos del llamado "vampiro de moca", como se acuñó popularmente a la bestia y oportunamente reseñado en STENDEK por el ingeniero Sebastián Robiou Lamarche -números 22 y 23- se ha repetido el fenómeno de las muertes misteriosas de animales.

La leyenda del Chupacabras, comenzó en 1992, cuando los periódicos de Puerto Rico, El Vocero y El Nuevo Día, comenzaron a divulgar las matanzas de muchos tipos de animales diversos, tales como pájaros, caballos, y cabras. En ese tiempo era conocido como El Vampiro de Moca puesto que algunas de las primeras matanzas ocurrieron en la pequeña ciudad de Moca. Mientras que al principio se sospechó que las matanzas fueron hechas aleatoriamente por algunos miembros de un culto satánico, eventualmente estas matanzas se comenzaron a dar alrededor de la isla, y muchas granjas divulgaron pérdidas de vida animal. Las matanzas tenían un patrón en común: cada uno de los animales encontrados muertos tenían uno o dos agujeros pinchados alrededor de sus cuellos.
Algunos supuestos testigos reportaron avistar una figura pequeña color verde oscuro, alrededor de las áreas de las matanzas, dando a los reporteros y la policía, la sensación de que los chupacabras podían, en hecho, ser una figura extraterrestre; comenzando de esta forma la idea popular de que se trataría de una entidad alienígena.
Poco después de darse a conocer mundialmente las muertes animales en Puerto Rico, otras muertes animales comenzaron a ser reportadas en otros países, tales como República Dominicana, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Brasil, los Estados Unidos, más notablemente en México. En Puerto Rico y México, El Chupacabras gano estatus de leyenda urbana. Las historias del Chupacabras comenzaron a ser lanzadas varias veces en los noticieros norteamericanos e hispanos a través de los Estados Unidos, y se generaron productos comerciales del Chupacabras, por ejemplo: camisetas y gorras de béisbol.
En donde más auge tuvo este fenómeno y leyenda fue en México, o al menos en el norte del país, fue en el municipio de El Álamo en el estado de Nuevo León, ya que ahí se reportaron muchos animales muertos, en su mayoría cabras, a supuesta causa del Chupacabras.

Nace la Leyenda

Las primeras descripciones del misterioso asesino no aparecieron hasta seis meses después de la aparición de la epidemia. Fue en septiembre del 96  cuando fue observado por Madelyne Tolentino, una ama de casa de Canóvanas, al este de San Juan. Pto Rico
Ésta y otras observaciones paralelas lo bautizaron en la zona como "El canguro" y "El conejo".
Las descripciones lo presentaron como una horrosa entidad semejante a un canguro con colmillos y con un abombamiento en sus en sus ojos rojos y sus bocetos corrieron por toda la ínsula.
Y por gracia del ufólogo Jorge Martín, a través de INTERNET, la imagen se extendió al resto de la civilización.
Pero en Puerto Rico se iban sumando cadáveres al guarismo del vampiro. Nuevos aterrorizados testigos hacían sus descripciones y los artistas daban forma a sus palabras: humanoides, depredadores de pata hendida y retorcidas gárgolas de catedral. El terror estaba sembrado en las zonas rurales.
Las autoridades municipales organizaron unas doscientas partidas para capturarlo. Sectores políticos reclamaron una investigación oficial a un gobierno que ignoraba los dantescos hechos.
Algunos científicos señalaron que los responsables debían ser monos, perros u otro animal exótico que habite libremente en el país. Las necropsias no establecieron un patrón único de muerte: traumas en el cuerpo, infecciones bacteriales, perdida de sangre.
Pero los canovenses que decían haberlo visto, estas teorías estaban muy lejos de la realidad: Yo quisiera tener de frente a la gente que dice que el "chupacabras" es un perro o un mono, que me les voy a reir en su cara. No hay quien me diga que el monstruo ese que yo vi era real. Yo lo vi con estos ojos y no estoy loco, señaló exaltado el pescador Luis Angel Guadalupe.
El hombre narró que hace un par de meses se encontraba pescando con su cuñado cuando de pronto "una cosa horrible y con alas" se le presentó. Del susto el pescador soltó lo que tenía entre manos y se fue corriendo.
Entonces nos persiguió a mí y a mi cuñado hasta llegar a mi casa. Después de ese día no lo he vuelto a ver
Durante las primeras semanas de 1996, los ataques del chupacabras comenzaron a menguar, pese a que las referencias de la prensa sobre su actividad no habían disminuido.
Las temperaturas en esa época del año son frías con lo que se pensó en una posible hibernación en las montañas de la selva tropical de El Yunque, o en alguno de los muchos sistemas de cavidades que hay en las isla, especialmente alrededor de Aguas Buenas, a unos 50 kilómetros de San Juan.
Pero la tranquilidad no duraría mucho. Las alas del maligno ensombrecieron de nuevo la vida de los portorriqueños.
A principios de marzo Arturo Rodríguez, un granjero del Barrio Sumidero, en Aguas Buenas, notificó la pérdida de 30 gallos luchadores y gallinas. Los animales tenían punzadas en su garganta y en el cuerpo.
Se afirma que agentes del Departamento de Recursos Naturales realizaron una investigación in situ.
El sábado 9 de marzo de 97, un chico llamado Ovidio Méndez estaba enterrando una gallina muerta cuando observó un extraño ser de 1,20 de altura caminando a dos patas. Su cuerpo era gris obscuro, poseía ojos alargados rojos, largos colmillos y las manos en forma de garra.La policia no encontró nada.
De todas formas no todas las personas estaban de acuerdo en que el Chupacabras fuera el responsable de las muertes de los animales. Una mujer creía que su conejo había sido asesinado por un perro.
Como suele pasar en estos casos, a falta de una explicación que resulte suficientemente convincente, las especulaciones comienzan a correr.
Así aparecieron sofisticados argumentos sobre perros con un colmillo, un simio delincuente, inconfesables experimentos genéticos y, cómo no, alienígenas. O el propio diablo cuando uno de los testigos afirmó que la aparición estuvo acompañada de un "olor fuerte a sulfuro".
También fue detenida una santera, acusada de matar a los animales domésticos para sus ritos, pero es evidente que no podía ser la causante de todas ellas. Se dijo que debían ser diversos grupos Yoruba, pero lo cierto es que eso contradecia la hipótesis oficial hasta el momento: monos o perros.
La matanza continuó en el Barrio Sumidero, especialmente en los sectores de La Araña, La Vega y la Capilla donde centenares de animales domésticos, pollos, patos, ocas e incluso algunas cabras, corderos y vacas, fueron desangrados.
En uno de los ataques, además de las muertes causadas, el agresor arranco de sus goznes una puerta metálica de 4,8 metros por 4,2.Tal desproporcionada prueba de fuerza no hizo sino aumentar el terror de los habitantes de la zona.
En esos momentos el fenómeno del chupacabras ya había trascendido las fronteras insulares y se había extendido entre las colonias hispanoparlantes de Florida y Texas superando el ámbito de lo paranormal hasta el punto de que abrieron restaurantes con tan pintoresco nombre, un grupo música de salsa se apodaba "Los chupacabras" y se concebían otros proyectos.
Internet también disponía de su propio escenario en el World Wide Web. Los avispados comerciantes pronto lanzaron sus camisetas y otros productos con el retrato robot del sangriento devorador.
La bestia también inundó las tiras cómicas y los escenarios comenzaron a tomarlo en consideración.
El caso más notable es el de México donde las viñetas de sátira política han identificado al antiguo presidente Carlos Salinas de Gortari como un auténtico vampiro.
Diarios y revistas como The New York Times, Time International, The Washington Post, El Diario la Prensa (Nueva York) y Florida Today habían publicado artículos sobre los acontecimientos.
Canóvanas y su alcalde, José "Cheno" Soto Rivera, organizador de las expedicionaes para capturar a la fiera, habían sido inmortalizados por las cámaras de televisión del continente.
En los estados norteamericanos, la historia de este fabuloso canguro se ha mezclado con las del Diablo de Jersey, un personaje procedente de la mitología indígena y cuya presencia se denota en los últimos 260 años, contándose 2.000 supuestos testigos, siendo un clásico dentro de la zoología fantástica o criptozoología.
Conforme crecía el alud en Puerto Rico, aparecían nuevas especulaciones, generalmente gratuitas y a cual más pintoresca.
Así el hermano Carmelo, un ejemplo de los autotitulados como psíquicos, pontificaba que las mutilaciones procedían de "una raza de vampiros que se complacen con la sangre animal" y que sólo se puede terminar con ellos usando "un rayo láser o una bala de plata".
Con sus dotes clarividentes afirmó que estos seres no atacan a los humanos porque la sangre está demasiado infectada de toxinas y de grasas...
Por su parte, un grupo ufológico de corte fanático conocido con el acrónimo de NOVA indicó que el chupacabras era una de las 20 criaturas que habían descendido a la Tierra procedentes del espacio.
Su repugnante misión consistiría en realizar experimentos con sangre humana con el objetivo de liberar perniciosos virus como el VIH causante del SIDA. Este grupo paranoico se dedicó a acosar a testigos e investigadores indicándoles que contaba con el respaldo de "una organización secreta del gobierno".
Sus actividades no se detuvieron hasta que fueron expuestas por el ufólogo Jorge Martín en su programa de radio Ovnis Confidencial.
Sobre Puerto Rico recae la pésima reputación de ser campo de pruebas para armas secretas experimentales que van desde la Talidomida hasta armamento radiactivo, por lo que no fue difícil que algunos creyeran que el chupacabras era el resultado de un experimento genético cuya salvaje actividad había sido concebida por el gobierno norteamericano.
Pero las teorías no terminan aquí. Otros vincularon la llegada del chupacabras a la vieja e infundada creencia de que en Puerto Rico existen túneles que unen la isla con territorios continentales, especialmente con los Pirineos y Sudamérica.
Incluso se sugirió que la criatura había acudido desde el Más Allá durante una obscura ceremonia de santería. Esta macabra creencia tiene mayor predicamento entre quienes han sufrido daños causados por el chupacabras como si hubiesen sido víctimas de algún tipo de brujería o maldición que perjudicara su hacienda.
Estas mutilaciones tendrían el mismo origen que las que se produjeron con anterioridad preferentemente en el Medio Oeste americano, donde numerosas cabezas de ganado aparecieron halladas sin sangre ni glándulas endocrinas.

Apariciones en otros paises

El 1 de mayo de 1996 un reportaje en el programa de noticias Primer Impacto de la televisión mexicana alertaba a la población sobre el creciente número de mutilaciones animales en las regiones de Jalisco, Sinaloa y Veracruz, especialmente esta última en las poblaciones de Las Trancas, Tlaliscoyan y Nachital, cuya economía gira en torno al ganado caprino.
Sin embargo la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Veracruz no realizó ninguna investigación argumentando que se habían enterado a través de los medios de comunicación. La opinión de los expertos fue que se trataban de ataques de coyotes o murciélagos.
Las primeras especulaciones hablaban de una nueva especie de murciélago gigante de metro y medio de tamaño y un peso de unos 9 kg que podría haber inmigrado procedente de Sudamérica, algo así como los enjambres de abejas asesinas africanas.
José Burria, del Departamento de Agricultura Federal, atribuyó por su parte las muertes a algún coyote o felino, posiblemente exacerbado por la sequía en el norte del país.
Claro que no supo indicar por qué no habían ocurrido nunca antes en situaciónes semejantes.
Mientras, las historias corrían gracias a una prensa siempre ansiosa de aumentar sus dividendos, destacando en esta labor los periódicos Sol de Sinaloa y Sol de Occidente.
El miedo se iba extendiendo y las economías locales percibían los efectos de la poca predisposición a salir de sus hogares, sobre todo de noche, por parte de lugareños de las pequeñas poblaciones del norte de México.
Ellos argumentaban que un humanoide mujer-lobo aullaba y gemía en la obscuridad. Este hecho tiene, según se dice, un precedente en la inusual ola de mutilaciones animales que asoló la República Dominicana en 1978.
Las noticias de que seres humanos habían sido atacados por el chupacabras encendió mucho más los ánimos.
Teodora Reyes, vecina del villorrio Alfonso Genaro Calderón (sic), en el estado de Sinaloa, mostró por televisión unas extrañas "marcas de mordiscos", que en realidad parecían laceraciones o quemaduras, producidas por una garra del chupacabras.
Sin embargo ella no fue la única. Angel Pulido, un granjero radicado en el estado de Jalisco, mostró pinchazos semejantes en su brazo derecho debidos, según señaló, a un gigantesco murciélago que se parecía a una bruja (!). Y el alud aumenta de volumen conforme progresa por la ladera descendente y aparecen nuevas "víctimas" con pinchazos en puntos diversos del cuerpo y de los supuestas huellasque no poseían conciencia.
En el estado de Nayarit, la policia judicial, según se dice, abrió fuego contra un chupacabras en plena fuga antes de saltar una cerca de 1,80 m.
En ninguno de los dos paises (Mexico o Puerto Rico) se ha prestado una atención especial a los sucesos desde la perspectiva oficial.
En México las autoridades federales han reiterado que todos los incidentes investigados apuntan a que se trata de lobos o coyotes.
Sin embargo, Marielena Hoyo, directora del Zoo Chapultepec de la ciudad de México, reconoció la antigüedad histórica de los sacrificios de animales y se refirió a una descripción del Levítico en la que se denota el uso de herramientas perforadas para derramar la sangre animal para propósitos rituales, a lo que añadió que la seguridad de su institución había sido reforzada por si alguien quería emular al chupacabras.
Pese al poco tiempo transcurrido desde la aparición de este particular vampiro, rápidamente se manifestó un fenómeno social y comercial entorno a la bestia.
Algunos medios de comunicación han jugado un rol fundamental en la expansión entre la comunidad hispana allende Puerto Rico del fenómeno del chupacabras.
Tony Zavaleta, un antropólogo de la Universidad de Texas en Bronsville, indicó que los noticieros, con sus diarios y crédulos reportajes, habían convertido al chupacabras en una leyenda.
De acuerdo con Mark Glazer, un antropólogo de la Universidad de Texas-Pan American en Edimburg, esta leyenda es estable y duradera como lo es Nessie en el lago Ness.
El experto en folklore, James Griffith, de la Universidad de Arizona, cree que el crecimiento de la leyenda desde su germen inicial es una maravilla de la era electrónica, un invento popular transmitido por radio y TV.
También añadió que estaba interesado en ver si el chupacabras alcanzara el estatus de animales legendarios como La Corua, una serpiente acuática, o el Carbuncho, un pequeño animal de cuatro patas, a veces con alas, que despide luz en su frente, lo que permite ser observado en los campos del norte de Sonora.
De lo poco que estamos seguros es que es un hecho el incremento de las muertes de animales "vampirizados" en Puerto Rico y México.
También se ha sabido que en 1993 una béstia de comportamiento semejante atacó en Bulgaria causando varias muertes humanas, según consta en la prensa del momento.
En la primera mitad de 2002 se encontró ganado vacuno mutilado en varios puntos del país (en la zona comprendida entre las provincias de Río Negro y Santa Fe). Si bien se percibían ablaciones de los aparatos reproductivos de los animales, los medios asociaban los hechos con el fenómeno chupacabras o con ritos de sectas satánicas. Pasó muy poco tiempo para que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) concluya que las mutilaciones fueron llevadas a cabo por zorros y ratones "hocicudos". La atención que dedicaban los medios gráficos al tema se diluyó abruptamente y la opinión pública compartía la idea de que formaba parte de un conjunto de "pantallas mediáticas" impulsadas por el gobierno.
En abril de 2000, en la ciudad minera de Calama (norte de Chile), se reportaron centena de animales de corral desangrados o mutilados de forma muy extraña, situación que se mantuvo hasta casi finales de 2002. Aunque las denuncias han disminuido, el investigador Jaime Ferrer R. que reside en esta ciudad, asegura que al 2006 los ataques aún continúan, pero no con la intensidad de sus inicios. Los parceleros o granjeros afectados prefieren guardar silencio, pues han comprendido que las autoridades es poco o nada lo que pueden hacer.
En julio de 2004, un ranchero cerca de San Antonio, Texas, mató una criatura sin pelo, de forma similar a un perro (la criatura de Elmendorf) que atacaba a su ganado. Hasta la fecha, todavía nadie ha podido determinar de qué criatura se trata. Está en curso la prueba de los huesos en una universidad de California. En octubre de 2004, dos animales que se asemejan a la criatura de Elmendorf se avistaron en la misma área. El primero de ellos estaba muerto, y el segundo fue visto por una zoóloga local que fue llamada para identificar al animal muerto, mientras ella viajaba al lugar en donde el primero fue encontrado.

SEGUNDA PARTE DEL ARTICULO: El Chupacabras II PARTE