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          Antes de buscar responder a tan profunda interrogante, debemos encabezar esta pregunta por una que probablemente sea la clave de este gran misterio:  ¿Cuál es el verdadero sentido de la vida?.

         Bien, dentro de este fantástico Universo, todas las cosas que lo conforman forman parte de su complicado sistema, llamado comúnmente el “Ecosistema Univesal”.  Actualmente, científicos del mundo entero están interesándose profundamente en la investigación del medio ambiente, como el británico Doctor James Lovelock, que sustenta la tesis de que el Planeta Tierra es un organismo donde la vida se desarrolló, no sólo adaptándose al ambiente, sino remodelándolo constantemente.  Según él, la tierra sería diferente de Marte, exactamente porque seres vivos habrían tomado control del metabolismo del planeta y transformado la bola química inerte, en un inmenso y auto sustentado cuerpo vivo.  “La Tierra necesita ser entendida y estudiada como un sistema fisiológico cerrado”, dice Lovelock. “De la misma forma que un médico estudia la interdependencia de las funciones orgánicas del cuerpo humano”.  Esta teoría recibe hoy el nombre de “Hipótesis Gaia”, en homenaje a la diosa griega que personificaba a la Tierra.

         El estudio paralelo, del científico Doctor Robert Charlson, utilizó en una computadora poderosa, un modelo matemático poderoso para probar la tesis de Lovelock, según la cual, los seres vivos controlarían el clima del planeta.  Charlson imaginó un planeta cubierto sólo de magaritas claras, más aptas a vivir en un clima de Sol muy fuerte y margaritas oscuras más aptas al Sol debil.

         Charlson manipuló su computadora para que creara artificialmente las condiciones del Sol fuerte.  Cuando el actuó de esta manera las margaritas claras proliferaron, reflejaban el calor y hacían a la temperatura retornar a sus patrones normales.  Cuando el simuló el Sol débil, pasó exactamente lo contrario, las margaritas oscuras predominaron y absorbieron el calor suficiente para elevar la temperatura del planeta original, restableciendo también los patrones regulares favorables para la sobrevivencia de ambas especies. Pero, en el modelo tradicional, habría una disputa por la vida entre las margaritas claras y las oscuras de modo que con el cambio climático drástico sólo un tipo sobreviviría. “Este modelo computarizado es bastante confiable y tenemos ejemplos más convincentes de la propia historia biológica del planeta”, dice Lovelock.  El ejemplo más claro para el científico, es el del oxígeno, el gas sin el cual no habría vida superior en el planeta.  Lovelock nota que hace hasta dos millones de años el oxígeno estaba virtualmente ausente de la atmósfera terrestre y su nivel comenzó a subir cuando surgierón las primeras plantas, que utilizaron el proceso de la fotosíntesis (o metabolismo vital de la mayoría de los vegetales que producen oxígeno como subproducto).  Para Lovelock, es imposible explicar sólo por procesos físicos y geológicos el crecimiento del nivel de oxígeno en la atmósfera terrestre y de su mantenimiento estable, por billones de años, en cerca del 21%.

         Y, si las plantas controlan temperaturas y el volumen de oxígeno ¿Será que álguien controla el clima?  En  1988, Lovelock publicó los resultados de su investigación, probando que minúsculos organismos marinos conocidos como “Planctons” (que es la base de la cadena de alimentación de los océanos) puede contribuir para regular el clima.

Algunas especies de Plancton, producen una sustancia química conocida como “DMS”,  (siglas en ingles para “Sulfidio Dimetil”) que se acumula en los océanos y enseguida se difunde por la atmósfera.  Cuando quedan libres en el aire, las partículas de DMS sirven de núcleo de condensación en torno de las cuales se forman las nubes.  Las cantidad de DMS liberada puede afectar la temperatura del planeta por el control que ejercería la cantidad y densidad de la cobertura de nubes.

  Como vemos, todos los elementos que participan de un planeta tienden a cumplir una función, siendo cada uno el controlador o regulador del otro.  Como en un inmenso organismo, cada elemento es un factor de gran importancia para garantizar la preservación del sistema.  En él no existe algo irrelevante, todos cumplen un objetivo, manteniendo el equilibrio en esta maravillosa Madre Tierra.

         Asi como la Tierra y el Universo es un conglomerado de componentes de naturaleza variada, como polvo cósmico, estrellas de diferentes magnitudes y tamaños, galaxias de innumerables formas y dimensiones, sistemas planetarios de tipo simple, binario, ternario, en fin, de elementos que no acaban y cuyo motivo de existencia es proporcionar un albergue a la propia vida.  Esta afirmación de alguna manera, curiosa es, no obstante, simple de ser comprendida ¿Cuál sería el sentido de haber una casa sin alguien para habitarla? O mejor todavía, ¿Cuál sería el sentido de haber moradores sin un lugar para ellos?.

         Vemos que hay una relación íntima y muy estrecha entre el Universo espacial y el Universo vida, ya que uno no tiene sentido sin el otro.  Para que las transformaciones sean operadas dentro de un medio y que en consecuencia, sistemas más complejos sean afectados, alguna cosa tendrá que ser lo suficiente dinámica y libre para propiciarla.  La vida suple este tipo de exigencias.  Un mundo sin vida es una piedra suspendida en el espacio, mas talvez sea también un conjunto de elementos latentes para generar la vida futura.

         Las diferentes formas de vida, como ya vimos, pueden afectar el comportamiento de un planeta.  Alterar el clima, modificar las temperaturas y ¿Por qué no?, condicionar el ritmo selectivo de las propias especies?  El ecosistema planetario es un conjunto de elementos en que cada uno toma cuenta del otro, creando una cadena cerrada.  Quebrando este equilibrio dinámico, o sea, modificando de alguna manera esta mutua compensación, el resultado sería totalmente imprevisible pues dependería única y exclusivamente de la capacidad de este sistema, volver a estabilizarse y de las especies adaptarse a los cambios.

         La vida, propiamente dentro de este Ecosistema Universal, actúa como un mecanismo de gran valor e importancia para las transformaciones selectivas que en él se operan.  Su función, consiste en permitir que un grupo de subsistemas evolucione hasta demostrarse capaz de continuar y expandirse y, al mismo tiempo detectar si reune las condiciones necesarias para tornarse un factor de refuerzo a la continuación y preservación del propio Universo.  Es como si el Universo experimentase con alternativas diferentes, colocadas en lugares distantes y variados, para descubrir cuál de ellas sigue mejor los caminos de la evolución y así dar fuerza a su maduración, hasta el punto de seleccionar aquéllas que representen un riesgo o peligro y en este caso destruirlas.

         La vida pues, se constituye en focos de experiencia,  proyectos de subsistemas a surgir, que condicionarán la continuación del Ecosistema Universal.  La forma que acompañan las transformaciones exigidas, podrán evolucionar al nivel más importante y decisivo: la inteligencia.  Al alcanzar esa fase, será aplicada una regla más rígida.  Es como salir de un curso primario e ingresar a un curso superior.  Las exigencias crecerán, los peligros son mayores y las transformaciones más complejas.

         Debemos observar que la vida inteligente es un momento importante en el ciclo evolutivo del planeta, ya que cumple una función preponderante en la definición de la continuidad o no de ese subsistema.  Aquí ella será el factor definitivo, que generando profundas alteraciones en su medio, forzará al proceso selectivo obligando a todos los integrantes del subsistema a una inmediata adaptación, incluyéndose a sí mismo.

         La rápida adecuación o no, demarcará el valor de la experiencia y en consecuencia, el inicio de una nueva fase de evolución.  Recordemos que la criatura inteligente es la única capaz de romper su limitación geográfica y extender o no su ciclo vital.  Se vuelve a su vez una variable elástica dentro del conjunto, pues puede alterar fácilmente las reglas del subsistema modificando y transformando todo a su alrededor y en la mayoría de las veces de forma definitiva.

         Necesitamos pensar y reflexionar sobre esta afirmación, ya que este ser, alcanza un estado de relativa independencia dentro del contexto del subsistema, al poseer la capacidad y el poder casi ilimitado y modificar inclusive la continuidad o no de su propia evolución.

         Las criaturas inteligentes son para el Universo, lo mismo que las bacterias, virus o agentes infecciosos son para el organismo.  Al ser atacado, el organismo reaccionará accionando sus defensas, procurando destruir al agente infeccioso.  El resultado final tendrá dos opciones; morir al no conseguir defenderse de la acción agresiva de la bacteria o sobrevivir aumentando su capacidad de resistencia.

            El Universo, utiliza a las criaturas inteligentes como elementos equilibradores del sistema, esto quiere decir, que los seres inteligentes operan como agentes de prueba dentro de los subsistemas, o hasta, como factores de chequeo de la funcionalidad de los procesos que determinan su formación.  Son ellos los que generan las situaciones de conflicto, que por su acción, provocan selecciones  aceleradas en las especies y obligan al medio a transformarse lo mismo que desordenadamente y que expanden sus conquistas hasta otros subsistemas.

         El propio proceso histórico del hombre, revela los mecanismos de selección que buscan constantemente el equilibrio del subsistema.  Siempre que un animal, una especie cualquiera y hasta una sociedad muere, surge la oportunidad para operarse una transformación o reformulación, ya que nuevos integrantes surgirán para sustituirlos.  Para las leyes universales, fue una experiencia más que no vino y generó la oportunidad de comenzar nuevamente.  Así pues vemos que,  en caso de una manipulación errada del medio, del uso equivocado de su potencial, el propio subsistema en que se encuentran, activará sus defensas para destruir al agresor.  El sistema mayor, asi como el subsistema, actuará contra la persistencia de estos elementos, para permitir su propia estabilidad y garantizar su continuidad.

         Podemos afirmar que las leyes universales carecen totalmente de escrúpulo.  El Ecosistema Universal es como un gigantesco organismo que depende de la vida para sobrevivir y que a lo largo del tiempo, selecciona aquellas formas de vida que fortalecen y propician la permanencia del equilibrio del sistema.  Eliminando gradual o drásticamente, aquéllas que lo colocaron en riesgo.  Cabe mencionar que la eliminación no obedecerá a una voluntad alienígena o divina, mas vendrá por causas circunstanciales.  Esto quiere decir que dentro de las oportunidades de las evolución que surgen, existen reglas tales como en un juego y quien de alguna forma las quiebra desencadenará para sí, una avalancha de situaciones que objetivaran corregirlas, lo mismo que para eso álguien deba ser sacrificado.

         Y quien juega a favor de la continuación del Ecosistema Universal tendrá derecho a existir y quien lo coloque en peligro será penado.  Muestras de eso tenemos centenares exparcidas en nuestra historia: animales que fueron extinguidos por falta de una rápida adaptación a las transformaciones del medio y por no haber creado defensa contra criaturas que los depredaron; estrellas que explotaron y se apagaron; en fin, cada uno de éstos con el tiempo, fue sustituido.  Si una especie inteligente no evoluciona para cumplir su papel de equilibrador, estará provocando la inconformidad del ecosistema, que tarde o temprano, lo sustituirá.

         La preservación del Universo es el objetivo mayor y la función que las criaturas vivas e inteligentes tienden a cumplir.  Ésta es la razón de su existencia.  Propiciar las transformaciones que garanticen el proceso de continuidad y la selección de los mejores subsistemas que surgen.  Somos factores condicionadores de transformación y representantes de la acción del “Poder Cósmico”, pues  el Universo se vale de cada uno de nosotros para ejecutar las alteraciones necesarias, para que todo dentro de él continúe.

         Somos capaces de crear, alterar, modificar, construir y al mismo tiempo destruir.  Nuestra continuidad en la participación de este proceso, reside en concientizarnos que somos estudiantes de los mecanismos de la  evolución consciente, y que existimos para aprender a luchar con la propia vida y con los recursos que el Universo tiene para ofrecernos.  Y para mantenernos en esta escuela, es necesario que conozcamos sus normas y que participemos de las exigencias mínimas de rendimiento, respetando para eso el propio local de estudio.  Mas si lo desordenamos, si no actuamos de acuerdo, seremos sumariamente expulsados.

         Fuimos creados y existimos para permitir al Universo ser cada vez mejor, para concretizar los cambios necesarios que realicen eso.  Somos inteligentes para saber no solamente qué buscar y cómo actuar, mas principalmente como tomar el cuidado y reconocer el valor, el peso y la responsabilidad de cada instante que se camina.

         Aquéllos que, conscientes de su función de intermediarios entre el pasado y el futuro y de su responsabilidad de arquitectos del Universo, consiguieran vivir garantizando de forma constructiva el equilibrio armónico de su sociedad, liberándose de las limitaciones físicas del espíritu, al maximizar los recursos disponibles sin afectar o agredir al Ecosistema Universal, habrá descubierto el “PROPÓSITO SUPERIOR” para el cual fueron concebidos.

         El Universo se realiza a través de quien en él piensa, jamás escucha a quien de él se olvida.

Fuente: Proyecto Sunesis.