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 Su padre era Mayor del ejército de los Estados Unidos en la base aérea de Roswell. Él fue el primero en llegar al sitio del accidente y quien coordinó la recuperación de los restos de la nave y los cuerpos de los tripulantes.

Al principio, el ejército reconoció en un boletín de prensa que un platillo volador se había estrellado en Nuevo México, y así salió publicado en los periódicos, pero en una nueva conferencia de prensa al día siguiente, el ejército desmintió esa noticia como un “error” y aseguró que había sido un globo meteorológico con un muñeco atado, lo que había caído del cielo.

Sin embargo, Jesse Marcel Jr., quien entonces contaba con 11 años de edad, desmintió siempre esa versión, y contaba que su padre había llegado a casa muy alterado esa noche, y que los había despertado a él y a su madre para contarles lo del extraño accidente de ese objeto desconocido, los cadáveres de seres no humanos, y que incluso trajo consigo una pieza de metal de la nave estrellada, que parecía de aluminio muy liviano, que se podía arrugar y estrujar, pero que al soltarla recuperaba su forma original.  Jesse siempre defendió el honor, la credibilidad y la memoria de su padre, y nunca cambió la versión de su historia.

En 1979, Jesse Marcel padre fue entrevistado con respecto a su papel en la recuperación de los restos y él dijo que en 1947 había tenido en sus manos un material que no pesaba nada, que no se quemaba y tampoco podía rallarse. Tampoco pudieron traspasarlo con los taladros más duros. Y eso que el material no era más grueso que el papel de estaño en un paquete de cigarrillos. Incluso comentó que intentaron hacer una abolladura en su superficie con un martillo pistón de 16 libras, sin hacerle mella.

El comandante Marcel falleció en 1982, dejando una confesión escrita, donde reafirmaba que el caso del OVNI estrellado en Roswell fue cierto, que no era de origen terrenal, que nunca fue un globo meteorológico y que se le ordenó no hablar nunca nada del incidente, excepto que los restos correspondían a un globo meteorológico.

Su hijo, el Dr. Jesse Marcel Jr. estudió medicina y dedicó su vida a dar a conocer la verdadera historia del incidente de Roswell. Él publicó el libro “The Roswell Legacy” (El legado de Roswell), con la versión original de su padre.