Experience true power and ease in website design. Our website templates and WordPress themes offer flexibility and functionality unlike any other.

Los Chakras

(Tiempo estimado: 11 - 22 minutos)
Ya ha leído 0%

3 src=images/stories/imagenes/clip_image004_0033.jpg

Los Chakras ha salido de los dominios del misterio. Ya no es una palabra que manejan sólo unos pocos iniciados en el tema espiritual y que se susurra en secretos. Hoy, cada vez más personas hablan familiarmente de este concepto y saben que son los 7 vórtices por donde circula la energía en el ser humano, ubicados en el plano astral y relacionados con siete puntos del cuerpo físico. Saben, sí; pero saben poco...

 

Todo es energía. El universo, las plantas, los minerales, los animales, todas las cosas. Hasta la más ínfima piedrecilla es energía viva y en constante movimiento. Nosotros mismos también; somos un complejo sistema de energías sutiles que se manifiesta a través de aspectos mentales, emocionales, físicos y espirituales, como un campo energético que refleja la energía universal. Tiene la forma de un ente luminoso que rodea el cuerpo físico, y lo penetra. Se le llama Aura.

El aura se divide en siete estratos o cuerpos, que se interconectan entre sí y se van rodeando unos a otros en capas sucesivas. Los inferiores, más cercanos a la materia del cuerpo físico, son más densos y de menos vibración, pero a medida que ascienden, cada uno está formado por materias más sutiles y vibra en frecuencias más altas que el anterior. Así, cada capa puede ser considerada como un nivel de vibración más alto. Estos siete cuerpos, con la misma forma del cuerpo físico, ocupan el mismo espacio simultáneamente, y cada uno se extiende más allá del último.

Los campos de energía radiante que componen este aura invisible a los ojos y que rodean al cuerpo, proveen a éste de la chispa de energía necesaria para dar que funcionen todos sus componentes. Esta energía fluye en el interior del sistema orgánico a través de los trayectos nerviosos, que las teorías orientales denominaron "meridianos” hacia arriba y hacia abajo la espina dorsal y envolviendo todo el cuerpo humano en una especie de circuito bioeléctrico y extendiéndose más allá del cuerpo físico, por encima de la cabeza y por debajo del cóxis.

Dentro de este campo energético humano en el cuerpo astral o etérico, existen vórtices o puntos que concentran esa energía y que están ubicados a la altura de distintos lugares del cuerpo material, a lo largo de la columna. En esos remolinos o centros de energía se produce el intercambio de materia sutil entre el cuerpo físico y el cuerpo energético, y se transmite toda la energía al resto del organismo; la tradición hindú los denomina "chacras" (ruedas, en sánscrito), por su forma redonda similar a un embudo, pero también se los conoce como plexos nerviosos.

Es Cierto...Somos Hormonales

Cada uno de estos centros sutiles gobierna un área del cuerpo, y su función básica es intercambiar energía con el campo energético universal para limpiar y recompone el organismo. Esta energía penetra por el vórtice o chacra coronario, ubicado en el centro de la cabeza, y fluye desde allí al resto del cuerpo a través del sistema integrado de chacras; por el punto de entrada de cada uno se absorve la energía, se distribuye por el cuerpo físico y se emite hacia afuera por el extremo más estrecho del mismo punto. En el fondo, cada chacra es como una antena sintonizada en la frecuencia que requieren los órganos que controla, y que a la vez funciona como una celda solar o una batería que conserva la energía recibida y gobierna cierta parte del cuerpo.

Los chacras canalizan todas las energías a las que el ser humano está expuesto, como la energía del medio ambiente, del entorno, de la conciencia colectiva y social y otras, que conforman una serie de radiaciones que pasan de este modo a formar parte del caudal energético de la persona, haciéndola sentir bien o mal. Así, cada chacra se asocia con ciertas virtudes – como la diplomacia, la compasión, la sabiduría y la creatividad, entre muchas otras– y determina ciertas características en el comportamiento individual.

Los chacras influyen en el plano corporal o físico a través del funcionamiento de las glándulas endocrinas y de secreción interna, como la tiroides. Cada uno de los chacras está relacionado con una glándula endocrina a través de los conductores sutiles, que canalizan hacia ellas todas las energías primarias y secundarias absorvidas por el vórtice respectivo. Como respuesta a la energía captada por el chacra respectivo, la glándula segrega y descarga en el torrente sanguíneo la hormona correspondiente, provocando en el cuerpo físico los resultados positivos o negativos que determinan el estado de salud físico, mental y espiritual de la persona. Por lo tanto, está perfectamente acertado decir que los humanos tenemos comportamientos hormonales, ya que según esta teoría, de la secreción que emitan las glándulas dependen nuestro funcionamiento corporal, balance mental e integridad emocional. Un desequilibrio en los chacras perturbaría al sistema glandular y endócrino al que está relacionado.

Dependiendo del uso que se le dé a cada chacra es la energía que genera y que recibe la persona, buena o mala. Queda muy claro, por lo tanto, que las enfermedades están relacionadas con la incapacidad de absorber, transmutar o integrar frecuencias energéticas; cuando una energía entra en un chakra y se ve bloqueada, buscará expresarse mediante una disociación sicológica. En cambio, cuando una energía ya está dentro de un chakra pero se expresa de manera negativa, se manifiesta eventualmente a través de problemas físicos. Los chacras ubicados por debajo de la cintura se relacionan con nuestra vida externa y con nuestro poder externo, que es donde más problemas y bajas energías se producen; por eso, el mayor número de enfermedades se originan por debajo de la cintura, y luego se pueden trasladar a otros sectores.

Todas las energías malas o negativas que las personas alimentan, se nutren de sus propias células físicas, y cuando los chacras no funcionan correctamente o se desequilibran o bloquean, se producen trastornos que influyen en nuestro cuerpo de alguna forma negativa, produciendo enfermedades. De hecho, cuando alguien sufre un ataque al corazón, tres minutos antes el chacra del corazón ha dejado de funcionar. El estado de ánimo también depende de cómo es la energía que los chacras estén absorbiendo; si tenemos un estado de inestabilidad o desequilibrio, seguramente es porque nuestros chacras están recogiendo energía sucia del exterior. Cada pensamiento y acción influye en la sensibilidad y funcionamiento de estos centros.

Por lo mismo, es importante abrir y equilibrar los chacras, para que fluya la mayor cantidad de energía posible por el organismo y se mantenga la salud. Todos y cada uno deben ser activados y funcionar como un todo armónico y en equilibrio, sin que ninguno se anule o adquiera la posición dominante, ya que todos son necesarios para que la evolución de cada individuo, tanto a través de las experiencias terrestres como en un proceso de espiritualización, ya que salvo el primero y el último, todos los chacras tienen dos funciones; una mundana y otra espiritual.

Para mantener los chacras equilibrados y en buen funcionamiento hay que limpiarlos y nivelarlos mediante técnicas como el reiki, cromoterapia, ejercicios físicos, técnicas de visualización y alineamiento, meditación, etc.., que ayudan a que nuestros centros funcionen correctamente, ya que la energía se transmite de una capa a la otra a través de los pasajes situados en las puntas de los chacras y que se abren a través de las prácticas ya mencionadas. Cuando los chacras se activan, comienza el lento proceso de limpieza de toda la energía negativa acumulada durante años de actividades autodestructivas, como la drogadicción, el alcoholismo, la violencia, la ira o el fanatismo de cualquier tipo.

El Equilibrio Perfecto

Dentro del cuerpo físico, e inclusive dentro de los cuerpos emocional, mental y espiritual que lo envuelven, los chakras se dividen en tres grupos: superior, medio e inferior. Corresponden al plano espiritual, personal y fisiológico, respectivamente.

Dentro de estos grupos, existen chacras mayores y menores. Los menores son 21, y se encuentran situados en puntos en que los ramales de enrgías se entrecruzan 14 veces. Allí donde las líneas de energía se entrecruzan siete veces se crean torbellinos energéticos aún más pequeños; hay uno delante de cada oreja, uno encima de cada tetilla, uno donde se unen las clavículas, uno en la palma de cada mano, uno en la planta de cada pie, uno justamente detrás de cada ojo, uno relacionada con cada gónada, uno cerca del hígado, uno conectado con el estómago, uno en cada corva, uno cerca del timo, otro cerca del plexo solar y dos conectados con el bazo.

Estos chacras miden aproximadamente unos 7,5 cms de diámetro y se encuentran a unos 2,5 cms de distancia del cuerpo. Los dos chacras menores situados en las palmas de las manos son muy importantes para la curación, algo que saben muy bien los maestros de reiki.

Los siete chacras mayores se relacionan con distintos puntos del cuerpo humano. Cada chacra mayor de la parte delantera del cuerpo tiene su par en el dorso, y ambos se consideran como manifestación de un solo chacra. La parte frontal se relaciona con los sentimientos de la persona, la parte dorsal con su voluntad, y los tres de la cabeza con sus procesos mentales. Cada uno de los siete chacras tiene siete capas y cada una de éstas se corresponde con una capa del campo aural. Cada chacra tiene un aspecto diferente en cada una de estas capas, y la energía puede fluir de una a otra capa a través del mismo.

En líneas generales, el primero y segundo tienen la función de transferir al cuerpo dos fuerzas procedentes del plano físico: el fuego de la tierra y la vitalidad del sol. Los centros tercero, cuarto y quinto están relacionados con las fuerzas que por medio de la personalidad recibe el ego; el tercero las transfiere a la parte inferior del cuerpo astral, el cuarto a la parte superior de este mismo cuerpo y el quinto a través del cuerpo mental.

Además, los chacras trabajan de a dos; el segundo y el quinto pertenecen a la creatividad, el tercero y el sexto están relacionados con la visión y la inteligencia, y el cuarto y el séptimo expresan dimensiones cósmicas. Todos alimentan ganglios nerviosos del cuerpo denso; en ese sentido, los centros sexto y séptimo están relacionados con el cuerpo pituitario y la glándula pineal, y se activan cuando se alcanza cierto grado de desarrollo espiritual. Cada uno de los cinco sentidos está relacionado también con un chacra: el tacto con el primero, el oído, el olfato y el gusto con el quinto y la vista con el sexto o tercer ojo.

Los Chacras Uno por Uno

Primer Chacra o Chacra o Básico (en sánscrito Mooladhar; Mula significa ”raiz” y Adhara “soporte”): está ubicado en la base de la columna vertebral, en el área del coxis, y su funcionamiento determina la manera en que la persona se conecta e interactúa con la tierra y la materia. Maneja virtudes como la inocencia, y es particularmente importante porque es el asiento de Kundalini, el principal sostén donde se asienta la vida de la persona y el punto de arranque de los tres meridianos principales.

Este chacra se abre hacia la tierra y conecta a la persona con su energía básica, por lo que se lo considera el ancla del espíritu, y está relacionado con una sustancia ubicada a lo largo de la columna vertebral que mantiene al cuerpo fíisico en forma, energético y fuerte a través de los músculos, los huesos, la sangre, las glándulas suprarrenales y los órganos sexuales. Controla las glándulas suprarrenales, el duodeno, intestino delgado, intestino grueso, intestino ciego, apéndice, recto y ano.

Al estar asociado con el sexo, es el punto del cuerpo humano donde la energía acumulada es más intensa, básica y poderosa, ya que permite generar vida, siendo además el centro de la sobrevivencia o instinto de conservación. Como todos los chakras, se enciende con el estímulo de la corriente espiritual; cuando está muy activado, la persona tendrá deseos de saciar su 9 src=images/stories/imagenes/clip_image010_0011.jpgdeseo a nivel el sexual. Cuando lo logra, el nivel de energía retrocede.

Se lo relaciona con el color rojo, negro y morado, y con una flor de 4 pétalos. Las virtudes que maneja son fortaleza, reisistencia y solidez. Vigoriza el ánimo, estimula el sistema nervioso y otorga capacidades de esfuerzo y constancia. Cuando se encuentra activo y armonizado, arraiga los poderes espirituales en el cuerpo físico, y permite desarrollar una mayor capacidad para llevar el amor y la devoción al plano material y cotidiano.

Por otro lado, su mal uso determina el abatimiento físico y moral, y cuando se encuentra bloqueado se experimentan sentimientos de temor, inquietud, enfado y frustración. A nivel físico estos sentimientos se expresan en forma de contractura de la mandíbula y los hombros, y agresiones a los que nos rodean como respuesta a la inseguridad propia. También pueden aparecer trastornos orgánicos como obesidad, ciática, artritis deformante, anorexia y hemorroides.

Por ser un extremo debe equilibrarse y abrirse con el séptimo y opuesto a él.

Segundo Chacra o Chacra Esplénico (en sánscrito Swadhisthana; Swa significa “lo que es y le pertenece al yo”, y Dhisthana significa “su lugar real”): Se encuentra a la altura del ombligo, en el bazo, y otorga las vietudes del conocimiento, la atención y la creatividad. Su función es especializar, subdividir y difundir la vitalidad dominante del sol, dando una perfecta armonía entre el cuerpo, la mente y las emociones.

Controla y energetiza el intestino delgado, la parte inferior del intestino grueso y el apéndice, los órganos genitales, la próstata, la cavidad pélvica y también tiene influencia sobre el sistema nervioso y la temperatura del organismo. Regula el erotismo y es el asiento de la creatividad a través del asombro infantil y el entusiasmo manifiesto por el universo. Es donde el hombre manifiesta una intrínseca masculinidad y la mujer su intrínseca femineidad. Gobierna el principio del gusto y está asociado al elemento agua. Se lo relaciona con una flor de 6 pétalos y los color rojo, escarlata y bermellón, ideales para combatir estados de temor y timidez y contrarrestar estados depresivos, de melancolía y tristeza.

El equilibrio de este chacra influye en el placer y el deseo sexual, problemas menstruales y de procreación. A su vez controla todas las secreciones delgadas del cuerpo, como la sangre, el suero, exudaciones, sudor. Su mal uso produce histerismo y el afán de buscar experiencias que reflejen sensaciones intensas de placer o de dolor. Su desequilibrio puede provocar impotencia, problemas urinarios, frigidez, disfunciones renales y vesiculares y dolores en la parte de las vértebras lumbares.

Tercer Chacra o Chacra del Plexo Solar (en sánscrito Manipura, que significa “ciudad de joyas”): se encuentra en la boca del estómago y otorga las cualidades de felicidad, satisfacción y generosidad. Influye sobre el aparato digestivo, bazo, hígado, cavidad abdominal y sistema termoregulador. Controla la digestión y rige la actividad de los órganos sensoriales, en especial de la vista, el oído y el olfato, otorgando además dominio sobre el subconsciente e iluminando la mente. Es el centro de las emociones y sentimientos de diversa índole, y está relacionados con órganos vitales, siendo el asiento de la personalidad y jugando un papel importante en la relación de la persona con el mundo, la gente y las cosas. La capacidad de conectar, pertenecer, establecer asociaciones íntimas y duraderas como la familia y el hogar están asociadas con su energía.

La diferencia de este chakra con otros es la consistencia y uniformidad de la energía irradiada. Si bien el amor es una energía que nace del corazón, es la conexión que se establece con el chakra del plexo solar lo que mantiene unida una pareja; los celos y el temor a no ser querido y el miedo a la separación están almacenados también en él.

Su equilibrio brinda cordura, enciende iniciativas y talentos, y desarrolla en alto grado la prudencia. También favorece al desarrollo de la voluntad, el deseo de sentirse importante y la confianza en sí mismo. La activación de este vórtice energético se manifiesta a través de actos de caridad, voluntad de servicio y actitudes altruístas. Su mal uso o desequilibrio, en cambio, impulsa al consumo de azúcar, facilita los celos y la imposibilidad a decir no. Se lo relaciona con el color anaranjado y amarillo dorado, y con una flor de 10 pétalos.

Cuarto Chacra o Chacra Cardíaco (en sánscrito Anahata, que significa “sonido no percutido”): se encuentra a la altura del corazón en el centro del pecho, justo frente la octava vértebra cervical y en el punto medio que une ambos pezones. Es responsable de los sentimientos de compasión, responsabilidad y amor sin egoísmo, así como de trascendencia espiritual y discernimiento que experimenta una persona. Al estar activo estimula la vitalidad y actividad en el cerebro, tonifica el sistema glandular y activa la secreción interna. Controla el timo, el corazón, los pulmones, las costillas, el diafragma, el tórax, los músculos intercostales y la pleura. En el plano emocional libera los traumas no elaborados y permite asimilar los sentimientos ajenos sin perder nuestra identidad.

Es la puerta del cuerpo astral y el centro de las emociones superiores y depuradas, y está relacionado con el chacra del plexo solar porque ambos son emocionales; por eso, cuando se agita uno afecta al otro, y las emociones negativas tienen efecto pernicioso sobre el corazón. Además, la glándula del timo está ubicada sobre el chakra del corazón y es la responsable del sistema inmunológico del cuerpo físico; si la energía de este chakra está bloqueada, la función de esta glándula también lo estará, y el sistema inmunológico será suprimido.

Se lo relaciona con la fuente de luz y amor divino, y se le llama la puerta del alma, donde mora Dios y todo su amor se deposita. Las virtudes que otorga son la sabiduría divina, la estabilidad, la perseverancia, objetividad, la paciencia y el equilibrio mental ante el sufrimiento o el placer. También regula la calidad y las interacciones de sentimientos como la alegría, el dolor, el temor y la ira. Su desequilibrio o blqueo, por el contrario, brinda una sensación de vacío y el ser se vuelve prejuicioso, se altera fácilmente y se desequilibra , ya que las emociones no fluyen normalmente del cuerpo físico a los sutiles. Se lo relaciona con una flor de 12 pétalos y con el color verde y rosa; el rosa se utiliza para contrarrestar desequilibrios de índole afectivo y emocionales, y el verde se utiliza para contrarrestar los síntomas físicos que provocan los desequilibrios afectivos, como asma, distritmia, taquicardia, disfunciones cardíacasy circulatorias.

Quinto Chacra o Chacra Laríngeo (en sánscrito Vishuddha, que significa “puro”): está centrado alrededor de la garganta, frente a la larínge y a la altura de la trecera vértebra cervical, asociado al elemento éter y al sonido. Influye en la expresión y la comunicación con diplomacia, y en la capacidad de establecer relaciones interpersonales armónicas. Regula el oído y la telepatía, también la tiroides, los aparatos bronquial y vocal, el canal alimenticio, el oído interno (la clarividencia), la laringe, la faringe, las cuerdas vocales, la garganta, el sistema linfático y el aparato vocal y bronquial Este centro es responsable del rejuvenecimiento y la longevidad. A niveles puramente físicos, alivia las inflamaciones, llagas, laceraciones y afecciones dérmicas, y actúa sobre el sistema inmunológico, específicamente sobre linfas espesas y esperma.

Los yoguis hindúes piensan que con este chakra activado la persona es capaz de separar las funciones del cuerpo mental de las de los cuerpos inferiores, y alcanzar la claridad junto a la comprensión y una nítida percepción del Dharma. Se toma conciencia por primera vez de que los mundos internos son reales y que existimos en el mundo sutil y físico simultáneamente. Una vez que el Prana puede fluir a través de él se puede permanecer firme frente a la oposición y decir que no, de modo que es sinónimo de integridad personal. Se trasciende el miedo, el YO SOY emerge y puede expresarse en cualquier situación.

Cuando este chacra se encuentra activo ayuda a comprender los principios divinos, brindando calma, seguridad y paz interior. Su armonización ayuda a plasmar la creatividad de cada uno, la libertad de expresión y la verdades que 5 src=images/stories/imagenes/clip_image016_0002.jpgse captan en los planos superiores. Su desequilibrio, en cambio, genera fatiga y asma, confusión, vértigo, anemia y alergia, así como dolores en el cuello, inflamación de garganta, problemas en las gándulas tiroides y en casos más extremos, bocio e hipertiroiditis. Se lo relaciona con el color azul, que es la concreción visible del espíritu y color de la protección y de la creatividad, y con una flor de 16 pétalos.

Sexto Chacra o Tercer Ojo (en sánscrito Ajna, que significa “centro de control de mando”): se encuentra en el entrecejo, junto a la primera vértebra cervical entre los ojos, y los hindúes lo llaman el Ojo de Shiva o la Sabiduría, y lo relacionan con la sílaba Om, que simboliza el principio y el final de todas las osas. El tecer ojo pertenece al mundo del espíritu en donde residen los superiores y permanentes principios del hombre, y gobierna los sentiminentos de perdón, compasión y trascendencia de la conciencia al plano espiritual.

En el cuerpo físico, el tercer ojo gobierna la glándula pituitaria, el cerebro izquierdo, el ojo izquierdo, el nervio óptico, las orejas, la nariz, el sistema de control graso y el sistema nervioso en general, y los centros inferiores del cerebro. Es desde este centro que la persona armoniza las fuerzas de sí y logra el equilibrio entre el Ying y el Yang.

Como asiento de la Divina Inteligencia, controla el pensamiento intuitivo, el pensamiento racional y la memoria, y su activación permite crear nuevas realidades con solo pensarlas e impulsarlas hacia el objetivo de la plenitud y el mejoramiento del Dharma, transformando así la realidad física.La conciencia y la inconsciencia se fusionan, y la persona se ve como la unión de dos Yo, el YO SOY.

Este chacra rige la intuición, la clarividencia, y los poderes extarsensoriales, y cuando se activa a plenitud, el individuo desarrolla la templanza, se despiertan en él las ideas de dignidad, grandeza, veneración y sentimientos delicados, produciendo la evolución espiritual y el dominio del espíritu sobre la materia, permitiendo entrar en contacto con entidades superiores y aprender de ellas.

Su desequilibrio hace que el ser sea ilógico, demasiado intelectual, distraído, olvidadizo y con miedo al futuro. Si se encuentra bloqueado, se puede presentar dolores de cabeza, en los globos oculares y disfunciones de la vista, como, cataratas, miopía, hipertensión arterial, ojos llorosos, y en casos extremos glaucoma y ceguera. Se lo relaciona con una flor de 96 pétalos, ya que tiene dos divisiones compuestas, cada una en 48 pétalos, y con los colores índigo, violeta, púrpura, que son las tres combinaciones diferenciadas del azul, que representa al espíritu, y del rojo, que simboliza la materia, representando el puente entre lo material y lo inmaterial, y entre lo físico y lo espiritual.

Séptimo Chacra o Chacra Coronario (en sánscrito, Sahasrara, que significa “loto de los mil pétalos”): se encuentra en la parte superior de la cabeza y regula la glándula pineal, la corona y los centros superiores del cerebro. Integra los seis anteriores chacras con todas sus cualidades y aspectos, representando el último escalón en la evolución de la conciencia humana. En él se manifiesta ampliamente la Divinidad y el hombre se hace uno con su Intimo. No entra en funcionamiento a menos que el individuo haya hecho un trabajo espiritual consciente, ya que es un chakra que vibra con altísima rapidez hasta cubrir la parte superior de la cabeza, pudiéndose ver en algunos casos un aura dorada.

El correcto funcionamiento de este chacra propende a un estado superior de conciencia, y nos abre el camino al desarrollo de una sabiduría mayor. El individuo por primera vez entiende que la creación no tiene límites y que es uno con su potencialidad. En este punto se convence que posee el poder de la transmutación. Al principio se lo aprecia como una depresión del doble etérico por el que penetra la energía divina, pero cuando el hombre reconoce a Dios en sí mismo ya no es un canal receptor, sino un radiante foco de energía, y en su cabeza tiene una cúpula erecta, como una corona. La persona ha logrado la plenitud, ha trascendido el miedo, se ha identificado como el YO SOY y experimentado el gozo incondicional, faltando sólo la unión del campo de energía individual con la energía del campo universal. Cuando este chacra se bloquea provoca problemas de comportamiento, depresiones, locura, apatía, incapacidad de aprender, confusión. En los casos más graves, puede provocar autismo, doble personalidad, y brotes esquizoides.

Este chakra es el centro de la conciencia cósmica o superior, que pone al individuo frente a la creación sin límites como un todo con su potencialidad, convenciéndose de que tiene el poder de la transmutación, de la comprensión inmediata o la percepción directa de la unidad con todo, de la unidad con Dios. A través de la conciencia cósmica seo siente una bondad amorosa hacia todo. En el Tantra hindú, el despertar corresponde a la unión de lo femenino (Shakti) con lo masculino (Shiva), que es una unión para siempre.

Al sentirse parte del universo la persona deja de comprender su universo proipio y se funde en el Todo. A este chacra se lo asocia con el color blanco, cristalino o hialino.

Además de los chacras menores y mayores, existen cinco Chakras Interdimensionales fuera del cuerpo, localizados en otras dimensiones del ser e invisibles e inaccesibles a nuestros sentidos. Aparecen en pares; el primer par estaría localizado a más o menos 30 cms sobre la cabeza y 30 cms bajo los pies, el segundo par alrededor de 90 cms en ambas direcciones, el tercer par a un metro de la persona y el cuarto y quinto par sobrepasarían nuestros conceptos tridimensionales y se extenderían hacia el infinito arriba y abajo. Sin embargo, cuando mediante el trabajo espiritual aumentamos nuestra vibración, podemos percibirlos, sentirlos y ser partícipes de ellos. Hay también un octavo, noveno, décimo, onceavo y doceavo chakra, que operan con o sin nuestra participación consciente, ubicados por encima y por debajo del cuerpo.

 
  • Visto: 6543