Gigantescas moles de piedra encajadas como las piezas de un colosal puzzle, enormes bloques de granito moldeados como si fuesen de barro, cientos de toneladas de piedra enigmática inexplicablemente transportados, esculpidos y encajados en distantes yacimientos arqueológicos. En el siglo XXI, la técnica del reblandecimiento de las piedras continúa siendo un misterio.
En agosto de 1986 calló en mis manos un hermoso libro titulado “Leyendas Y Tradiciones Borucas” editado por la Universidad de Costa Rica y escrito por el doctor Adolfo Constenla Umaña y su informante nativo, Espíritu Santo Maroto Rojas. Dentro de sus reveladoras páginas, tropecé varias veces con un singular enunciado boruca: “Nuestros antepasados trabajaban la piedra como hoy nosotros trabajamos el barro”
Imponente, mítica y siempre altiva son algunos de los atributos que se le achacan a la exquisita obra de arte antiguo, siempre vigilante en el arenoso mar de Egipto. El misterio continúa a miles de años de su edificación, aunque con la ciencia moderna nos hemos acercado un poco mas a sus brillantes creadores.
Viene del artículo: Enigma en el Diquis - Reseña histórica Son las 2 PM del 26 de Abril de 2006 y llego ajustado de tiempo al Museo Nacional de Costa Rica, ubicado en la ciudad de San José, capital de Costa Rica. Me reuniría a esta oportunidad entre otros con Emilia Rodríguez, gran amiga y promotora principal de la visita del Investigador y Escritor Renato Longato a Costa Rica, el cual también nos acompañaría y el gran Investigador, escritor y experto en el tema de las esferas de Piedra Ivar Zapp; un estoniano radicado en Costa Rica hace varias décadas.